miércoles, 23 de febrero de 2011

Los genios no son tan genios

Muchas discusiones han aparecido en torno a la cuestión de ¿qué influye más a la hora de desempeñar una función? las características innatas del individuo, los genes mayormente o el esfuerzo y la constancia de cada uno.

Bueno pues a pesar de lo que muchos digan lo que más importa es lo segundo, es obvio que las dos tienen influencia significativa y algunos empiezan la carrera más cerca de la meta que otros, pero los llamados "genios" en realidad son personas aparte de tener una buena predisposición para realizar con maestría determinada actividad le han dedicado horas y horas para ser lo que son.

Por ejemplo, Mozart, un virtuoso, le dedicó 20000 horas al clavicornio antes de cumplir los 10 años. Otra cita de Hemingway para aquellos que querían aprender a escribir, el decía: “It takes 1.000.000 words of crap” (“Hacen falta 1.000.000 de palabras de porquería”). Cualquier deportista de élite le dedica horas y horas todos los días, los oros en las olimpiadas no vienen solos requiere mucho sacrificio. Para aprender un idioma necesitas años para considerarte bilingüe aunque siempre hay unas edades que lo facilitan o entornos.

Por lo tanto cuando veamos un prodigio en alguna materia no tenemos que sentir envidia por su suerte si no valorar las horas de dedicación y esfuerzo que ha realizado.

Pero todo esto tiene sus limitaciones y no ser el que más te esfuerzas te garantiza ser el mejor pero para ser el mejor es seguro que tendrás que esforzarte mucho.

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