El ahorro energético siempre en los hogares siempre ha tenido muchas recomendaciones. Ahora cuando la crisis nos hace tomar conciencia si no por el daño al medioambiente si por el ahorro de la factura. Han comenzado a circular demasiadas recomendaciones que no tienen sentido y por eso mejor hacer un repaso y con fuentes fiables.
1. El lavavajillas consume más que lavar los platos a mano
El uso del lavavajillas puede reducir el consumo de agua hasta 30 litros por día, o lo que es lo mismo, consumen alrededor de un 9% menos de energía frente al lavado tradicional.
Evidentemente, no todo vale para conseguir estos resultados: el lavavajillas ha de ser de bajo consumo, ya que en ellos, podemos regular la temperatura del agua y reutilizar el calor para la fase de secado o de aclarado. Por lo tanto, si puedes adquirir uno, ves a la tienda y fíjate en su etiqueta para ver que sean energéticos, enjuaga los platos antes de introducirlos, ponlo cuando esté lleno, selecciona el programa y listo.
2. El modo espera de los aparatos eléctricos no consume casi energía
Basándonos en el informe del IDEA y Eurostat, dejar los aparatos en modo standby supone un gasto de 231 kWh anual. Si a alguien le parece poco esta cifra, el consumo medio anual del ordenador es de 172 kWh o el consumo de un lavavajillas que es de 246 kWh; por lo tanto, que el modo reposo consuma lo mismo o más que un ordenador, hace que pensar. Por ello, no nos cuesta nada apagar completamente los aparatos eléctricos, y así evitaremos esto consumo que supone casi un 5% del consumo en los hogares.
3. Apagar la calefacción supone un mayor gasto que dejándola a una temperatura constante
Apagar la calefacción no aumenta ni el gasto ni consumo de energía. Quizás muchos no os sentáis identificados con esta acción, pero muchos hogares tienen la mala manía de conservar una temperatura media durante todo el día por este motivo. Nada más lejos de la realidad, ya que si disminuimos la temperatura entre las 22:00 y las 06:00, horas en las que el calor se encuentra en el ambiente después de todo el día, podríamos recortar el consumo en torno a un 13%.
4. La vitrocerámica consume menos que la cocina eléctrica
Muchas personas al renovar su cocina han instalado una vitrocerámica porque piensan que consume menos, cuando la realidad no es así. Exactamente gastan hasta cuatro veces más que las cocinas eléctricas.
5. La pérdida de calor o frío por las ventanas es insignificante
Podemos pensar que en comparación del tamaño de la casa, el calor no se va a escapar por esa superficie tan reducida cuando en realidad supone un 25 y 30% de pérdidas de calefacción.
6. Mantener los fluorescentes encendidos gasta menos
Otra idea equivocada sobre lo que ahorra o deja de ahorrar, ya que dejar los fluorescentes siempre encendidos el gasto es mucho mayor que si lo apagamos o lo encendemos según lo necesitemos. El único inconveniente que existirá de encender y apagar constantemente la luz es que este puede dejar de funcionar más rápidamente.
7. Con las lámparas Led sucede totalmente lo contrario.
Muchos son los que compran este tipo de lámparas convencidos de que son de bajo consumo, cuando en realidad, este bajo consumo solo se producirá cuando una bombilla está constantemente encendida. Es decir, las lámparas Led gastan más al encenderse y apagarse que al mantenerlas.
8. Poner la llama de los fogones a todo gas hará que se caliente antes lo que cocinemos
Si cocinamos con gas, poner la llama del fogón al máximo no hace que la comida se haga antes, ya que habrá llamas que saldrán del recipiente, lo que supone una pérdida de calor, además de quemar la olla o la sartén. Lo que si ayuda a que la comida se haga antes será el uso de tapas, ya que permitirá que no se pierda tanto el calor.
Vía Actibva, fuente IDAE
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