martes, 13 de abril de 2010

Los cuentos de verdad

Ahora que se están calificando los cuentos clásicos como políticamente no correctos, porque según un estúpido estudio dicen que son sexistas. Me pregunto si la gente que ha dicho esas tonterías ha leído los originales. La cuestión no es el papel que jueguen los personajes si no la moraleja del cuento.

Originalmente los cuentos infantiles fueron creados para dar a los niños valiosas lecciones sobre la vida. Y como la vida misma, no había censura respecto a lo que se debía aprender. Antes la vida era más cruel, la verdad era más cruda y las lecciones eran más despiadadas. Tal vez fue porque en aquel entonces la sociedad era más violenta, o porque un error de juicio podía costarte la vida en aquellos tiempos. Sangre, asesinatos, incesto y otros asuntos de vital importancia eran relatados a los niños de ese entonces. Sáquense la venda que Disney les ha puesto sin que se enteren, navegantes, y vean aquí algunos de los cuentos más famosos en su versión original y sin censura.

Hansel y Gretel: La historia tal y como la conocemos de los hermanos Grimm es una versión esterilizada para la clase media del siglo XIX pero la original era admonición de la dureza de la vida en la edad media. A causa del hambre y escasez constante de comida, el infanticidio era una práctica común en la Edad Media, y en esta historia los hermanos son dejados en el bosque para que mueran o desaparezcan porque no pueden ser alimentados,
todo ello planeado por su madre no por su madrastra, posterior cambio que también se hizo en Blancanieves

La Bella Durmiente: En la versión original de la historia, no es el beso de un apuesto príncipe el que despierta a la Bella Durmiente, sino los tiernos codazos de sus gemelos recién nacidos. Mientras estaba inconsciente, la princesa fue violada por un monarca, y despertó solo para darse cuenta de que era madre, y encima de dos niños. Entonces, el "hijito de papá" de la Bella Durmiente retorna triunfante y le promete enviar a alguien para recogerla a ella y a los niños, olvidando convenientemente mencionar que era casado. Cuando el trío fue llevado eventualmente al palacio, la esposa del Rey intentó matarlos a todos, pero fue frustrada por el Rey. Al final, la Bella Durmiente se casa con el hombre que la violó, y viven felices para siempre.

Blancanieves: Al final de la versión original alemana, escrita por los hermanos Grimm, la perversa reina es fatalmente castigada por intentar asesinar a Blancanieves. El método que usaron para castigarla fue de lo más extraño: La malvada reina fue obligada a bailar usando un par de zapatos de hierro al rojo vivo hasta que caer muerta.

La Sirenita: En el cuento original de Hans Christian Andersen, la protagonista solo puede salir a tierra para estar con el apuesto príncipe si bebe una poción que la hace sentir como si caminara sobre cuchillos todo el tiempo. A pesar de esto, ella bebe la poción. Tal vez crean que este acto de desprendimiento sería suficiente para que ella se casara con su príncipe y vivieran felices para siempre, pero no. El príncipe se casa con otra mujer, y la pequeña sirenita se lanza al mar, donde su cuerpo se disuelve hasta convertirse en espuma marina.

La versión original de Caperucita Roja relata cómo Caperucita ingiere la carne y la sangre de su propia abuela, alentada por el lobo, que en algunas versiones es violada antes de ser comida por el lobo, sin leñador que las salve ni mariconadas. Este cuento empezó siendo una historia de terror y pretendía enseñar la moraleja a niñas y adolescentes de los peligros de ir con extraños.

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