Al igual que los estornudos, la piel de gallina (también conocida como reflejo de los pilomotores) representa una de las respuestas automáticas del cuerpo, cuya intención es aumentar sus posibilidades de supervivencia en el duro mundo.
En ambientes fríos y debido a emociones fuertes (como el miedo) a menudo la piel adopta la textura de aves desplumadas. Cuando la fibra muscular relacionada con un folículo aprieta el pelo, la piel que rodea el folículo se arruga de golpe y tira del pelo hacia arriba.
Uno de sus efectos es la generación de calor: los cabello retienen una capa de aire sobre la piel, para aislar el cuerpo. Por desgracia, el cabello humano es tan delgado y corto por lo que el reflejo prácticamente inútil, pero en los mamíferos más peludo este refeljo es de gran utilidad. De hecho, un gato que se muestra bajo amenaza de animales más grandes consigue aparentar mayor tamaño para disuadir al potencial agresor.
Visto en lifeslittlemysteries.
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