Las doce uvas “de la suerte” comenzaron a tomarse de manera masiva en España a partir de la Nochevieja de 1909, debido a un excedente de la cosecha en Alicante. No se trata de una festividad religiosa o cultural, sino debida al interés y la visión de mercado de los cosecheros al hacer un gran esfuerzo de imaginación, lograron poder deshacerse de las sobras de la cosecha de aquella temporada inventando el rito de comer las uvas de la suerte en la última noche del año, tal y como lo conocemos hoy.
Sin embargo ya en el siglo XIX existía la costumbre entre los burgueses españoles de comer uvas y brindar con champán para despedir el año.
Según la tradición, en la mesa se colocan 12 uvas delante de cada comensal que simbolizan los 12 meses del año y que deben comerse con cada una de las campanadas del reloj.
En otros países también existen alimentos típicos para dar la bienvenida al nuevo año. En Grecia suelen cocinar un pastel llamado Vassilopitta en cuyo interior se coloca una moneda de oro o de plata. El que encuentre la moneda en su plato será la persona con más buena suerte en el año que se avecina. Y en Italia y algunos países sudamericanos es tradición comer un plato de lentejas estofadas tras las campanadas de media noche para atraer la prosperidad y la fortuna en el año entrante.
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interesante, lo explicaré mañana en el colegio de mis hijos. Gracias.
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